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Cómo vivir más lento, una guía para el día a día

Desacelerar y disfrutar la vida. Esa es la premisa de una vida lenta. Después abrir un sticker de preguntas en Instagram, que dio paso a una linda jornada llena de preguntas, experiencias y reflexiones compartidas, salió humo blanco y llegamos a puerto con algunas ideas sobre lo que es y lo que no es vivir lento.

Vivir lento no significa dejar de trabajar, cambiarse de ciudad y quedarse en la casa contemplando un paisaje. Todas las personas realizamos actividades productivas que nos permiten ganarnos un sueldo para vivir. Estas actividades productivas vienen en todas las formas y colores, son todas exigentes y extenuantes, y así como un trabajo independiente No te asegura trabajar menos horas (puede que incluso tengas que trabajar más), un trabajo de 45 hr semanales le ha funcionado bien a muchas personas que han cambiado su estilo de vida a uno más lento.

¿Dónde está la vida lenta entonces? Está en las decisiones que tomas y cómo enfrentas la vida, está en ti, no en el entorno. Está en el tiempo que te das para despertar, en la calidad del desayuno que te preparas, en las cosas que dejas entrar a tu mente mientras caminas al trabajo, en las actividades que eliges para ti en tu tiempo libre, ahí puedes encontrar una vida más lenta. A pulso, a partir de tus desiciones.

Si aún te cuesta un poco «aterrizar» este concepto, te invitamos a pasar por el sticker destacado «Bienestar» en mi cuenta @cotarichardspara leer la conversación completa sobre ‘vida lenta’. A continuación te dejamos 15 ideas para empezar a vivir más lento hoy mismo, y no olvides revisar nuestro primer artículo sobre vida slow, esta entrevista que nos hicieron en Revista Mujer sobre vida lenta, y este articulo sobre vida lenta y viaje lento, sobre nuestra experiencia viajando mucho por un año.

 

  1. Desconectarse. Durante los últimos años, la palabra «conexión» ha tomado un sentido totalmente distinto a lo que era antes: estar conectado hoy es estar disponible 24/7 a través de varios canales virtuales, teniendo múltiples «trincheras» con las que lidiar durante el día. Intenta desconectarte totalmente al menos dos veces al día, sin alarmas, sin notificaciones, sin otrxs demandando tu atención desde lugares remotos. Por respeto a ti, y a quienes están contigo en ese momento, apaga tus aparatos o pon modo avión, y comparte una conversación mirando a los ojos, con tu atención plena en quien te acompaña. Tu mente y quienes comparten contigo te lo agradecerán profundamente.
  2. Disfrutar el silencio. El silencio sin distracciones nos hace bien, y aprender a disfrutarlo lleva consigo aprender a estar con nosotrxs mismxs, y con nuestra mente y pensamientos. Pero no idealicemos el silencio! Estar en silencio no necesariamente implica pajaritos cantando, es más bien aprender a convivir con el mundo sin distracciones.
  3. Hacer de la rutina un ritual. Tu rutina de cada día puede ser especial, si habitas en ella con intención, poniendo atención en cada cosa que haces en lugar de ir en piloto automático. Te ha pasado que te despiertas y de repente estás en el trabajo y no sabes a dónde se fue todo el tiempo que hay entre medio? se pierde porque no ponemos atención, porque tenemos la cabeza en otra parte mientras hacemos las cosas. Hacer de tu rutina un ritual es despertar y observar a tu alrededor, agradecer, ir a la ducha y sentir y pensar el agua, oler el jabón, sentir la espuma. Escuchar los utensilios mientras preparas desayuno, oler la comida, saborear, sentir la textura de los alimentos. Si tienes el teléfono en la mano, la tele prendida, o estás viendo youtube, difícilmente podrás poner atención. Habita el presente.
  4. Preparar tus alimentos desde cero. Tiene mucho que ver con el punto anterior. Cocinar tus alimentos permite bajar el ritmo, tomarte el tiempo de elegir los ingredientes, prepararlos, cocinarlos, y luego apreciar todo el trabajo que involucra esa comida abre un espacio para la gratitud. Abrir un envase de algo y comer directamente de él, por ejemplo, abrir un yogur y abrir un cereal, mezclarlo y comer… no tiene mucho cariño, sólo te deja en piloto automático. Por último nos damos el tiempo de picar una fruta, poner el yogur y la fruta en un bowl, y poner encima una granola hecha en casa, de inmediato se transforma en «vida lenta».
  5. Sentarte a comer tus comidas. Presta atención a lo que estás comiendo, tómate más de 5 minutos y huele, saborea, disfruta, agradece. Han visto personas en la calle que van tragando algo sólo para no sentir hambre? Acá es todo lo contrario. Yo soy una DEVOTA de la mesa bien puesta, la tele apagada, una conversación mirando a los ojos, y un plato de comida casera. No hay nada como esa combinación para nutrir el alma, la mente y el cuerpo.
  6. Encontrar un hobby. Un hobby, o una actividad no productiva que nos permita desarrollar habilidades, talentos, ambiciones y diversión de forma paralela al trabajo, porque seamos honestos: no se vive para trabajar, aunque nos quieran hacer creer que sí. Un hobby es una actividad que no debe ser rentable, no existe para que ganes nada más que satisfacción, un hobby abre las puertas de la creatividad, permite sacar energía, despejarse y pasarlo bien. Puede ser desde hacer un deporte, hasta coleccionar palitos caídos de árboles y hacer atrapasueños, ese es mi hobby sabían?
  7. Apagar la tv. Lo repetiré hasta el cansancio: la tv prendida en la cocina, a las horas de comida, toda la tarde delante de nosotros, no nos hace ningún bien. En lugar de estar vegetando frente a la tv prendida, viendo horas y horas de series para anestesiar quizás qué ideas que hay ahí dentro… ejercita tu cerebro, haz algo entretenido, lee, aprende algo nuevo, busca inspiración, arte, desarrollo espiritual. Hay TANTAS cosas en el mundo, tanta información, tanto disponible para estimular nuestra mente, que ahí te das cuenta: dejar pasar la vida sentadx frente a una tele es una de las formas más lentas de morir.
  8. Estar presente. Estar aquí ahora, en lo que estás haciendo en este preciso momento. Será tan difícil? Estar en el momento presente, sin teléfonos, sin distracciones, dejando para después cualquier idea que te saque de este disfrute. Al estar presente hasta lo más cotidiano se vuelve una maravilla, quedarse en silencio por el color del cielo al atardecer, ver cómo el agua caliente le cae al té y suelta su color y aroma, ver cómo las flores se doblan ante el viento, cómo las nubes cruzan el cielo a toda máquina. El mundo es una maravilla sólo si estamos aquí y ahora para observarlo.
  9. Tener más momentos al aire libre. Menos pantallas, más aire! hay varias horas al día donde todxs estamos sujetos a un escritorio, una máquina, o algún tipo de actividad remunerada. Qué vamos a hacer con el tiempo que nos queda? más de lo mismo? levantémonos media hora antes para caminar por un lugar verde de camino al trabajo, trasnochemos un poquito menos el finde para disfrutar un cerro el domingo en la mañana, gastemos un poquito menos en el súper, en ropa, en cafecitos, para tener ese dinero disponible un finde al mes y disfrutar el mar. Cuando quieres, puedes.
  10. Retomar el papel y el lápiz. Lo análogo trae una experiencia sensorial que ninguna pantalla podrá entregarnos. El papel tiene un aroma, el lápiz suena cuando lo toca, el cuaderno habla cuando lo hojeas. La escritura es tan relevante que nos construye como sociedad, como especie, como civilización. Todo lo que sabemos lo sabemos de otras personas, quienes ordenaron sus ideas y las dejaron por escrito, es una herramienta poderosa, de manifestación y de creación de realidad. Escribe más. Escribe desde la lista de compras de verduras hasta cartas que nunca vas a entregar, escribe lo que hay en tu mente para ordenarlo, y escribe tus sueños para verlos cobrar vida.
  11. Abrazar el aburrimiento. Cada vez que el aburrimiento se asoma, rellenamos con un video, una tanda de memes, algo que dejamos guardado por ahí para cuando estuviéramos aburridxs. y sabes por qué es peligroso? Porque, según dicen los filósofos, el ocio es la madre de todas las ciencias. El ocio y el aburrimiento son ese espacio que permite a tu mente levantarse del sillón, estirar las piernas, volver a tener tono, y maravillarse con las cosas simples, es el nacimiento de las ideas, de la filosofía, del preguntarse, del PENSAR. Ves lo que pasa si no nos damos ese espacio de aburrimiento y ocio? somos esponjas que absorben noticias, farándulas, recetas, los resultados de un partido. Y cuándo dejamos que nuestra mente pueda CREAR? somos polvo de estrellas, y estamos vivos para hacer cosas grandes. La creatividad florece desde tu interior cuando el ruido externo se apaga.
  12. Comprometerte con lo que amas. Menos compromisos, más cosas hechas desde el fondo de tu corazón. Elegir vivir lento es una excelente oportunidad para encontrarte con tus verdaderos valores, tu intuición es la brújula que te lleva hacia la vida que quieres. No te hace sentido pasar tus finde de asado en asado? No vayas. No te hace sentido pasar tus tardes caminando horas por un mall, mirando vitrinas, comprando objetos que no te van a hacer feliz, ni mejor persona? No lo hagas. Haz sólo lo que te hace feliz, y vas a ver cómo tu vida mejora de aquí al cielo.
  13. Evitar el multitasking. en la cultura fast o ‘rápida’ en que estamos insertxs, hacer más de una cosa a la vez es apreciado como una virtud. Pero qué tal estaría hacer una cosa a la vez, darle toda nuestra atención, hacerla con intención y compromiso, disfrutarla, recordarla, y pensarla? cambia la cosa. Evitar el multitasking nos permite estar más presentes en lo que estamos haciendo, y nos entrega una sensación de paz, contraria a la sensación de apuro o apremio que produce hacer varias cosas a la vez. Respira, y paso a paso.

 

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4 comentarios sobre “Cómo vivir más lento, una guía para el día a día

  1. Gracias por el hermoso post
    Hace un par de semanitas que encontré esta hermosa página, en donde siempre te leo con un tecito en la mano. Gracias por compartir todo esto.
    En un par de meses emprendo un viaje con mi pareja en una kombi por Sudamérica y leer tus bitácoras de viaje hace que uno se motive aun más a dejarlo todo, a dejarse maravillar y a disfrutar de las cosas simples y bonitas de la vida.
    Muchos cariños y saludos desde Punta Arenas

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